Cuando Antonio Obrador recibió el encargo de construir esta casa y visitó por primera vez la finca, lo primero que imaginó fue un gran ventanal, con forma de arco neogótico, que enmarcara la espléndida vista de las montañas de Alaró.
El resto de la casa, inspirada en la arquitectura local, fue proyectada alrededor de ese gran arco. También el proyecto de paisajismo buscó integrar el paisaje enmarcándolo a través de una propuesta de simetría.