El mar Mediterráneo se convierte en el protagonista que condiciona una decoración serena, en la que predominan los colores claros y los tonos tierra. El hotel cuenta con varios kilómetros de costa y una pequeña playa que permite un acceso privado al mar.
Todas las suites cuentan con jardines, terrazas y miradores independientes desde los que es posible encargar el desayuno o la última copa en la intimidad.